En las cercanías de esta comunidad podrá hacer dos paseos distintos: hay una pequeña cascada ubicada a corta distancia de la población. Para llegar a ella, tome la carretera que conduce a occidente y al pasar una quebrada, continúe el curso de éste hacía la montaña. A menos de 1 kilómetro encontrará una pequeña cascada con refrescante agua.
Esta pequeña población, ubicada a orillas del mar ha jugado un importante papel en la historia de Honduras, tanto en la época colonial como republicana. Durante la colonia, fue el puerto más importante en la costa atlántica de Centro América, motivo por el cual fue atacada un sin número de veces por los piratas y corsarios que buscaban adueñarse de las riquezas que desde las colonias se enviaba a España. Esto motivo a los conquistadores a construir una fortaleza que les permitiera defender tanto al puerto, con los navíos ahí anclados y a la población. Fue así como se construyó la Fortaleza de San Fernando de Omoa, única en Centro América.
Irónicamente, esta fortaleza nunca cumplió con su propósito, ya que para cuando fue terminada, los ataques piratas eran cosa del pasado. Además, la independencia de Honduras, en 1821 hizo que la fortaleza pasara a manos del gobierno local. Durante muchos años, la fortaleza fungió como presidio, y más tarde fue totalmente abandonada. Hoy en día, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia la ha rescatado, y es mudo testimonio del pasado colonial de Honduras. La fortaleza está abierta al público de lunes a viernes desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m. y de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. los sábados y domingos. Existe una pequeña cuota de admisión, que incluye además de la entrada a la fortaleza, una visita al museo ahí instalado. Los verdes jardines, los gruesos muros y húmedas habitaciones le harán remontarse hasta una época ya pasada, en la que los piratas eran los amos y señores de los mares del Caribe.
El entorno natural de la Bahía de Omoa es extraordinario y a la vez exuberante. La inmensa cordillera del Merendón ubicada atrás de la bahía le da una frescura y belleza singular. Las playas de blanca arena y el mar tranquilo hacen de la zona un lugar idóneo para gozar del mar y de deportes acuáticos. Hay varios restaurantes en la población de Omoa. Destacan El Botín del Suizo, propiedad de un suizo que quedó atrapado por la belleza de Omoa, Donde Pancha, un restaurante típico famoso en todo Honduras por el delicioso postre de coco que ahí sirven, el nuevo restaurante y hotel Flamingo, con una amplia terraza frente al mar caribe, así como un sin número de otras alternativas, que se adaptan a cualquier presupuesto.
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